Se trata (el organillero en Polonia) de una tradición relativamente joven que se remonta a la época en que se reconstruía la Plaza de la Ciudad Vieja después de la Segunda Guerra Mundial. Querían (Jan) infundir el espíritu de la Varsovia de antes de la guerra en este casco antiguo reconstruido y al municipio se le ocurrió la idea de que era necesario tener a un organillero que paseara por el casco antiguo y tocara el organillo. Por supuesto, no podía quedarse en un solo lugar, porque podía molestar a los trabajadores que vivían en estas casas de vecindad nuevas y reconstruidas. Por lo tanto, el organillero no puede permanecer en un solo lugar. Con el paso de los años, los organilleros empezaron a tocar principalmente en la plaza del mercado, donde molestaban menos a los vecinos y llegaban la mayoría de los turistas.
Así, hasta los años 90 siempre hubo en el mercado un «organillero oficial», y en 1999 apareció Piotr Bot, un organillero de Varsovia acompañado de un loro. Ha estado presente desde hace más de 20 años. el señor Piotr me dijo que llevara un libro conmemorativo, porque su predecesor, el señor Leszek Zmaza, llevaba un libro de organilleros y en este libro anotaba todas las personalidades eminentes que encontraba en el plaza del Mercado. Estas personas firmaron el libro y él también se tomó fotografías con ellos. El Sr. Piotr continuó este «Libro de Memorias de los Gritters», incluso visitó al Papa Juan Pablo II con este libro, quien también lo firmó.
Yo aparecí en 2018 y así ahora hay dos organilleros en Varsovia asociados a la Plaza de la Ciudad Vieja.
Me convertí en organillero debido a estos hermosos sonidos que salían de este caja mágica. La Katarynka (organillo) es mi orquesta y canto principalmente en la plaza del mercado. Soy un organillero inusual que utiliza un organillo como acompañamiento para la voz. Siempre quise actuar todos los días y para poder hacerlo, necesito una orquesta que toque conmigo. El organillo reemplaza a esta orquesta para mí.
Un día me paré en la calle y comencé a girar la manivela. Noté que la gente se acercaba interesada y pensé que podía hacerlo todos los días. En noviembre de 2018 organicé un concierto de estreno para el organillo. Lo presenté a un público más amplio en la Estación Museo de Varsovia. El concierto fue recibido positivamente y desde ese momento comencé a aparecer en la Plaza de la Ciudad Vieja.
También era Navidad, al principio venía por la noche. Había luces bonitas encendidas, así que en este aura navideña toqué villancicos, canciones patrióticas y agregué más canciones.
Cuando se despejó la pista de hielo de la plaza del mercado y sólo quedaron la sirena y los bancos, los arreglé de manera que mi público pudiera sentarse en ellos. Creé un anfiteatro. Les puse un organillo delante y así empecé a tocar todos los días. Sólo vine por la mañana, porque entonces todo estaba tranquilo y silencioso. La gente se sentaba en los bancos, me escuchaba y nadie perturbaba esa paz.
Aún hoy dicen de mí en el mercado que soy «el que arregla los bancos». Toqué para gente que podía sentarse durante unas horas y escuchar este repertorio de antes de la guerra.
Actualmente, mi repertorio dura unas 5 horas. Intento no repetir los mismos temas. Por supuesto, si alguien desea escuchar «Hice una cita con ella a las 9» o «El anillo de oro», entonces me permito tocarlo. Por eso tengo este modo matutino. Siempre puedes encontrarte conmigo entre las 11 a.m. y las 2 p.m. Principalmente porque entonces el mercado está tranquilo, todavía no hay muchos vendedores, no hay muchas atracciones, la gente viene a este mercado para experimentar la atmósfera de la Varsovia de antes de la guerra. Siente el espíritu del casco antiguo. Creo que con los sonidos del organillo los pongo de ese humor. La gente es transportada al mundo de los cuentos de hadas.
Se sabe que antes de la guerra era difícil, en el Casco Antiguo sólo vivían los pobres y no era tan colorido como imaginamos. Mucha gente dice que le gustaría vivir esos tiempos, pero esos tiempos eran muy difíciles de vivir. Ahora vivimos este mito de la Varsovia de antes de la guerra, pero este mito es tan hermoso que la gente quiere sentirlo. Me parece que lo que hago en el mercado es introducirles en este mundo de sueños y tanta paz.
Por lo general, los organilleros se visten con el estilo que era popular hace 100 años. Los organilleros del siglo XIX que actuaban en Varsovia, y eran muchos, normalmente vestian al estilo Luis. A finales del siglo XIX los organilleros ya no eran necesarios porque se inventó el disco de gramófono, por lo que los organilleros empezaron a tener una fuerte competencia. De hecho, la Primera Guerra Mundial puso fin a la práctica del organillo. Después de ella, sólo quedaron unos pocos organilleros, a quienes no les quedaba más que tocar el organillo. A veces aparecían en las calles de la ciudad, pero en realidad estos organilleros sólo eran invitados a algunos bailes de memoria para sentir cómo vivía la gente antes de la Primera Guerra Mundial. En aquel entonces, aquellos organilleros de entreguerras vestían como gente del siglo XIX.
Yo, como organillero del siglo XXI, tengo un estilo que era popular 100 años antes, es decir, en los años 1920 o 1930. Por eso uso pantalones anchos que estaban de moda entonces, camisas con cuello largo o llevo ropa de barquero, sombrero en la cabeza, es decir, un sombrero de paja, muy popular en aquella época. En la década de 1930, a menudo se asociaba con actuaciones de artistas. Mi organillo también está estilizado en los años 30 y decorado en estilo art deco. Mi esposa diseñó una sirena que podría haber sido diseñada en los años 30 por artistas de esa época. Soy un hombre del futuro que intenta transportar al pasado a los turistas y a las personas que visitan la Plaza de la Ciudad Vieja. Les hace viajar atrás en el tiempo.
La entrevista completa puede ser consultada en el sitio: https://www.well.pl/ludzie/154/well_people_kataryniarz_jan_z_warszawy_kiedys_maly_chlopczyk_wrzucil_mi_pieniazek_do_kapelusza_i_powiedzial_ze_dalem_mu_sens_zycia,12411.html