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Empezar el día con música siempre será un placer, sea el escenario que sea, por eso a Víctor, organillero desde hace más de 20 años, se le ocurrió llevar su cilindro a las filas de vacunación del ITESO.
Enfundado en su tradicional uniforme color caqui y con un vaivén en la manivela de su organillo, Víctor relata por qué llevó su música esta mañana a las filas de vacunación.
“Pues, simplemente así se me ocurrió, dije: ‘hay gente mayor, a la gente mayor le agradan los organilleros’ y dije ‘pues vamos a tocar un ratito’ -¿Y cómo le ha ido?- Pues, apenas voy empezando, yo creo que me va a ir bien, primeramente Dios ¿verdad? -¿Cómo se llama usted?- Mi nombre es Víctor -¡Bien Víctor, gracias!“.
(Por José Luis Jiménez Castro)