Waldkirch el pueblo alemán que fabrica organillos desde hace 200 años

Enclavada en la Selva Negra de Alemania. cada tres años toda la ciudad de Waldkirch se paraliza por completo para dar paso a cientos de organillos y organilleros de todo el mundo. Uno de los festivales al aire libre más grandes de toda Europa se celebra desde el año de 1984 y se llama el “Festival Internacional de Organillos.” En cualquier calle, callejón, en el mercado y hasta el lago se escuchan organillos tocados por toda suerte de personalidades. Este año se celebraría el 19 de junio, con participación de una delegación de organilleros de México, pero fue cancelado debido a la Pandemia de Corona Virus.

Los instrumentos de música mecánica interpretan cualquier tipo de género musical: Jazz, polkas, habaneras, valses y música clásica. Instrumentos tan grandes como la caja de un trailer -Orquestriónes- se escuchan calles a la redonda mientras varios hombres los empujan por la ciudad.

Por las calles no solo se puede encontrar a aficionados y entusiastas de la música de organillo. Entre los asistente pasean los actuales fabricantes de organillos. Fabricantes nativos de Waldkirch como la firma Jäger & Brommer que produce instrumentos desde 1988. Otros Fabricantes de la región como los productores del Lago Constanza también acuden a mostrar sus únicos instrumentos.

Una de las colecciones más completas de organillos e instrumentos mecánicos se encuentra en “Elzalmuseum”. Este museo ubicado a un costado de la iglesia exhibe un recorrido por la historia de la fabricación de instrumentos en la localidad y el mundo. Los visitantes pueden, previa autorización tocar instrumentos antiguos y participar en un recorrido musical sin igual en el mundo.

En la plaza principal del pueblo se presentan los organilleros y muestran su forma peculiar de interpretar los instrumentos. Los montañeses locales bailan en circulo al rededor del instrumento con melodías de tiempos inmemorables. Franceses tocan y cantan canciones en la lengua más románticas de todas. En los últimos años una delegación de organilleros de Chile tocan y bailan con organillos y chinchines siendo una de las atracciones más vistosas. Finalmente, en 2017 un par de organilleros de México participó interpretando canciones tradicionales mexicanas vestidos típicamente como los “Dorados de Villa”.

HISTORIA

En los fríos meses de invierno cuando no se puede cosechar los habitantes de la Selva Negra de Alemania ocupaban su tiempo en fabricar e inventar nuevos modelos para los relojes mecánicos, principalmente asistidos con mecanismos musicales. Con el tiempo se perfeccionó la fabricación de rollos grabados con puntas de metal y rollos de papel perforado. Los instrumentos se tocaban en las calles, donde las personas podían escuchar melodías a la par de historias y noticias.

Oficialmente para Waldkirch la historia de fabricación de organillos comenzó en 1799 cuando el primer fabricante de órganos instaló su taller en la ciudad. Sin embargo, el fabricante reconocido por la ciudad como el padre de los organillos es Ignaz Blasius Bruder y sus cinco hijos. En 1806 Ignaz ya fabricaba relojes mecánicos asistidos por fuelles de aire y silbatos. A los organillos se le integraron preciosas figurillas mecánicas conocidas como autómatas. I. Bruder fue uno de estos creadores que tallaban madera y creaban escenarios completos que funcionaban a la par de la música del instrumento. Al perfeccionar los modelos de organillos dejó un legado familiar en el que por generaciones siguieron fabricando instrumentos hasta ya entrado el siglo XX.

No obstante la ciudad prolífica en ingeniosos músicos e inventores vio florecer otros fabricantes de organillos como Andreas Ruth y A. Gavioli. Uno de los aprendices de I. Bruder fue Andreas Ruth, quien en 1841 se independizaría para crear su propia firma “A. Ruth & Sohn” misma que continuaría por cuatro generaciones más. Muchos de instrumentos fabricados por ellos los podemos escuchar aún por toda Europa.

El nombre de Waldkirch como lugar de invención y fabrica de instrumentos cobró fama internacional. Es por esto que fabricantes de organillos de todos los rincones del continente miraron a este lugar para la fabricación de organillos. Dos grandes firmas francesas Gavioli y Limonaire abrieron sucursales en este pueblo al sur de alemana.

Otro fabricante conocido mundialmente por la fabricación de enormes organillos -Orquestriónes- que instaló su fabrica en este pueblo fue Carl Frei. Esta compañía “Carl Frei & Sohn” existió desde 1910 hasta 1977.

En el año 2000 se fundó en la ciudad de Waldkirch la “Fundación para el Organillo” con el objetivo de restaurar, preservar e investigar la historia de la música mecánica. Con el pasar de los años la fundación a encontrado organillos fabricados en Waldkirch por todo el mundo, regresando muchos de estos a su ciudad natal para una mejor preservación.

Texto publicado por Victor Maya

Organillero e investigador de la música mecánica.